'Libre Asociación'
BCore Disc 2011
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BCore Disc 2011
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Al establecer contacto visual con “Libre asociación”, el nuevo álbum de The New Raemon, resulta inevitable extraer conclusiones: aquí se cuece algo distinto. Las ilustraciones de Martín Romero, presentes hasta ahora, ceden el paso a las imágenes de David Elvira y Tina Schmidt. Dos personas escondidas tras la máscara deambulan por el bosque en penumbra. Ni línea clara ni trazo limpio. Una puesta en escena poderosa, que prefiere lo sugestivo a lo descriptivo.
Esa primera impresión se confirma nada más pulsar play. “Lo bello y lo bestia”, corte de apertura, delimita el estado de ánimo del nuevo Ramón: toca mirar hacia dentro, hurgar en la entraña del descontento, rebuscar en los desordenados cajones de la conciencia, extirpar –aunque sea con los fórceps del estribillo a voz en grito– una pequeña parte del malestar.
Quienes sigan los pasos de Ramón Rodríguez desde el principio, aquellos que hayan sabido apreciar las muchas virtudes de su trabajo al frente de Madee –el grupo que comparte con sus amigos de adolescencia desde hace casi veinte años–, le pillarán el punto a éste disco casi de inmediato. Lejos de su particularísima puesta al día de la figura del cantautor confesional –que entintaba cada verso del inolvidable “A propósito de Garfunkel” (2008)– y a considerable distancia de la espontánea combustión pop que propulsó “La dimensión desconocida” (2009), Rodríguez apuesta por un cambio de registro sónico y por otro punto de vista narrativo: mayor carga eléctrica, más peso específico para los arreglos –imaginativos, de amplio rango– y un planteamiento interpretativo menos ligero que en trabajos precedentes, casi siempre en primerísima persona del singular.
El camino de “Libre asociación” es corto –poco más de media hora–, pero su intensidad y dinamismo obliga a mantenerse alerta. Durante la marcha, nos topamos con miniaturas como “La vida regalada” –mucho más grande de lo que parece: atentos a la interpretación de Rodríguez–, atravesamos parajes de atmósfera inquietante –la escena descrita en “Aspirantes” también lo es–, escuchamos ecos de Sunny Day Real Estate –“Algunas personas del valle”– o The Cure –en la monumental “Llenos de gracia”– e hincamos la rodi-lla ante canciones como “Verdugo”, a la que no le sobra una coma.
Sorprende que un disco con tanta chicha fuera concebido en apenas diez días –repartidos entre febrero y abril pasado– y tras asumir el autor una serie de preceptos innegociables y autoimpuestos. Refugiado en su casa del Maresme, Rodríguez decidió componer asido a su vieja Telecaster, lejos de la guitarra acústica, partiendo de cero cada día e improvisando la letra conforme avanzaba en el pentagrama. Entraba en el local a primera hora de la mañana y no salía hasta que el tema estaba terminado. Cuando juntó diez, dio por cerrado el cancionero y se puso en manos de sus amigos Santi García y Ricky Falkner, quienes han hecho un trabajo de producción realmente brillante.
“Libre asociación” no es un disco de digestión sencilla, pero va sobrado de magnetismo y pulsa los resortes del instinto. Enseguida sabes que éstas canciones, a menudo incómodas, esconden mucho más de lo que están dispuestas a mostrar. Supone, además, un reencuentro del artista con sus referencias. Una vuelta al origen que amplía su fondo de armario expresivo. Pocas veces ha sonado TheNewRaemon tan profundo como aquí. Y eso, al hablar del autor de “Sucedáneos”, “¡Hoy estreno!”, “La cafetera” o “Tú, Garfunkel”, son palabras mayores.
César Luquero
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Lo bello y lo bestia
Consciente hiperconsciente
Kill Raemon
La vida regalada
Soñar la muerte
Algunas personas del valle
El refugio de Superman
Verdugo
Aspirantes
Llenos de gracia
ESCUCHAR - DESCARGAR
Libre Asociación
Quienes sigan los pasos de Ramón Rodríguez desde el principio, aquellos que hayan sabido apreciar las muchas virtudes de su trabajo al frente de Madee –el grupo que comparte con sus amigos de adolescencia desde hace casi veinte años–, le pillarán el punto a éste disco casi de inmediato. Lejos de su particularísima puesta al día de la figura del cantautor confesional –que entintaba cada verso del inolvidable “A propósito de Garfunkel” (2008)– y a considerable distancia de la espontánea combustión pop que propulsó “La dimensión desconocida” (2009), Rodríguez apuesta por un cambio de registro sónico y por otro punto de vista narrativo: mayor carga eléctrica, más peso específico para los arreglos –imaginativos, de amplio rango– y un planteamiento interpretativo menos ligero que en trabajos precedentes, casi siempre en primerísima persona del singular.
El camino de “Libre asociación” es corto –poco más de media hora–, pero su intensidad y dinamismo obliga a mantenerse alerta. Durante la marcha, nos topamos con miniaturas como “La vida regalada” –mucho más grande de lo que parece: atentos a la interpretación de Rodríguez–, atravesamos parajes de atmósfera inquietante –la escena descrita en “Aspirantes” también lo es–, escuchamos ecos de Sunny Day Real Estate –“Algunas personas del valle”– o The Cure –en la monumental “Llenos de gracia”– e hincamos la rodi-lla ante canciones como “Verdugo”, a la que no le sobra una coma.
Sorprende que un disco con tanta chicha fuera concebido en apenas diez días –repartidos entre febrero y abril pasado– y tras asumir el autor una serie de preceptos innegociables y autoimpuestos. Refugiado en su casa del Maresme, Rodríguez decidió componer asido a su vieja Telecaster, lejos de la guitarra acústica, partiendo de cero cada día e improvisando la letra conforme avanzaba en el pentagrama. Entraba en el local a primera hora de la mañana y no salía hasta que el tema estaba terminado. Cuando juntó diez, dio por cerrado el cancionero y se puso en manos de sus amigos Santi García y Ricky Falkner, quienes han hecho un trabajo de producción realmente brillante.
“Libre asociación” no es un disco de digestión sencilla, pero va sobrado de magnetismo y pulsa los resortes del instinto. Enseguida sabes que éstas canciones, a menudo incómodas, esconden mucho más de lo que están dispuestas a mostrar. Supone, además, un reencuentro del artista con sus referencias. Una vuelta al origen que amplía su fondo de armario expresivo. Pocas veces ha sonado TheNewRaemon tan profundo como aquí. Y eso, al hablar del autor de “Sucedáneos”, “¡Hoy estreno!”, “La cafetera” o “Tú, Garfunkel”, son palabras mayores.
César Luquero
Lo bello y lo bestia
Consciente hiperconsciente
Kill Raemon
La vida regalada
Soñar la muerte
Algunas personas del valle
El refugio de Superman
Verdugo
Aspirantes
Llenos de gracia
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Libre Asociación
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