Big Making Records 2011
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Una verdadera sorpresa desde el sur de Buenos Aires que ya descubrieron en Polonia y que nos va a obligar a desempolvar nuestros viejos walkman. Dream pop, freak folk o simplemente hermosas canciones en una de las nuevas revelaciones del under local bonaerense.
Al empezar Niños Azules, el último y décimo disco de este dúo freak que se formó a principios del 2008 entre los barrios de Banfield y Lomas, gritos de unos infantes anticipan el clima de melancolía festiva de un disco de una particular belleza. Leopoldo de Sarro en charango y voz y Andrés Andinach en beat-boxing, sintetizadores y ¡juguetes! componen Cldscp (caleidoscopio sin las vocales), una de las bandas más prolíficas del sur del GBA.
No sólo lo demuestran tres discos promedio por año, sino también un contrato con un sello ¡polaco! que les editó Menso Freak-folk, su disco anterior o la reciente edición en cassette de su último álbum.
Para Niños Azules el beat-box fue cediendo lugar a una caja de ritmos, algún instrumento percusivo o simplemente las palmas. A esto se suma algún organito, armónica o melódica y los ya característicos sonidos de los juguetes.
Estos, junto a la voz de Leopoldo, una mezcla de Coiffeur y Pablo Malaurie, le dan a Cldscp una identidad única.
El disco comienza con Puedo, y ahí nos damos cuenta de que los juguetes no son un capricho para ser “raros”, sino que juegan en función de la melodía. En Lindo demuestran que el narcisismo en el rock argentino no es exclusividad de Adrián Dárgelos y consiguen uno de los puntos más altos durante el estribillo que es imposible no cantar. Otro gran momento es Cactus aunque las diez canciones que rodean el tópico del amor y las relaciones se sostienen todas, tanto individualmente como en su conjunto.
Algunos podrán citar influencias como Coco Rosie, Massive Attack o The Cure, y si bien no es difícil entender por qué se hacen esas referencias, tampoco se puede negar que Niños Azules no se basa en la mera copia, sino que con ellas componen un mejunje que resulta en una audaz y personal identidad.
German Duymovich
No sólo lo demuestran tres discos promedio por año, sino también un contrato con un sello ¡polaco! que les editó Menso Freak-folk, su disco anterior o la reciente edición en cassette de su último álbum.
Para Niños Azules el beat-box fue cediendo lugar a una caja de ritmos, algún instrumento percusivo o simplemente las palmas. A esto se suma algún organito, armónica o melódica y los ya característicos sonidos de los juguetes.
Estos, junto a la voz de Leopoldo, una mezcla de Coiffeur y Pablo Malaurie, le dan a Cldscp una identidad única.
El disco comienza con Puedo, y ahí nos damos cuenta de que los juguetes no son un capricho para ser “raros”, sino que juegan en función de la melodía. En Lindo demuestran que el narcisismo en el rock argentino no es exclusividad de Adrián Dárgelos y consiguen uno de los puntos más altos durante el estribillo que es imposible no cantar. Otro gran momento es Cactus aunque las diez canciones que rodean el tópico del amor y las relaciones se sostienen todas, tanto individualmente como en su conjunto.
Algunos podrán citar influencias como Coco Rosie, Massive Attack o The Cure, y si bien no es difícil entender por qué se hacen esas referencias, tampoco se puede negar que Niños Azules no se basa en la mera copia, sino que con ellas componen un mejunje que resulta en una audaz y personal identidad.
German Duymovich
CCCCC
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