-Teorema-
Michita Rex 2013
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"Teorema" es el primer disco de Samanta, banda formada en Berlín el 2008.
Un momento esperado para los que hemos seguido a la banda en vivo durante los últimos cuatro años. Esas canciones, con sus extrañas y bellas coreografías, se escuchan ahora lejos de cualquier escenario, en un disco delicado y complejo.
Son ocho canciones que sugieren un retrato realista de emociones cotidianas y, al mismo tiempo, la fantasía de querer evadirse en unas vacaciones paradisíacas que nunca llegan.
Lo que suena no es un pop pequeño ni rudimentario, puede ser escuchado en parlantes de computador, pero con nuestros oídos como filtro de alta tecnología.
El trabajo es cuidadoso y cósmico, quizás la banda sonora de un viaje al espacio. Nos hace concluir que Samanta anda en busca de una utopía sonora, que no desecha ninguna influencia relevante y clasifica ordenadamente las armonías que nos propone.
Como toda aventura, el viaje no es perfecto. Podríamos decir que la nave no es de titanio, sino que está cubierta de una fina capa de papel aluminio. No por falta de calidad, al contrario: esa es la estética que construye.
Porque finalmente Teorema no es el viaje en sí, sino la idea de un viaje. En esta analogía no es azaroso que los tres integrantes de la banda sean chilenos radicados en Berlín. Lo lejano tiene una connotación real, pero esta nostalgia no es por la cordillera o un plato de comida particular. Lo que se echa de menos no existe en ninguna parte y no se ubica en un territorio nombrable.
En este viaje futurístico la desilusión es el combustible, cada momento alegre está destinado a terminar y las canciones de Teorema nos ofrecen la posibilidad de construir algo bello con las ruinas de ese estado emocional.
Samanta son Ja4 en guitarra, Daniel Urria en voz y teclado y Francisca Villela (Prissa) en voz.
Entre los tres componen todas las canciones las cuales mezclan elementos de música dance y una suavidad setentera: alguien que susurra la verdad mientras bailamos.
Nos reconocemos en las frases y nos acordamos de otras cosas con las melodías, pero este no es un híbrido ingenuo de épocas pasadas. Hay una sorpresa, algo inesperado en este sonido, un timbre nuevo donde la influencia no es algo lejano sino algo habitado y hecho propio. La producción y mezcla de Teorema estuvo a cargo de De Janeiros: Pablo Muñoz y Milton Mahan (Dënver).
Samanta nos entrega un trabajo que nos transporta a través de capas coordinadas de sonido musical que, no responden a una fórmula. Hay experimentación musical, aún cuando el sonido se presenta perfectamente armónico.
Como cualquier otro, este Teorema funciona bajo la idea de demostrar algo que en un principio parece ambiguo. En esta ejecución sin fallas, hay desvíos. Acordes menores que provocan descubrimientos mayores. Innumerables frustraciones en el amor y la amistad. Los lugares donde vivimos y los que visitamos en nuestro tiempo libre. Las ambiciones laborales y nuestra apariencia personal.
En Teorema nada proporciona alivio excepto escuchar las canciones. No cualquier canción, sino que estas canciones. Por eso no es casualidad que oírlas sólo una vez no alcanza.
Un momento esperado para los que hemos seguido a la banda en vivo durante los últimos cuatro años. Esas canciones, con sus extrañas y bellas coreografías, se escuchan ahora lejos de cualquier escenario, en un disco delicado y complejo.
Son ocho canciones que sugieren un retrato realista de emociones cotidianas y, al mismo tiempo, la fantasía de querer evadirse en unas vacaciones paradisíacas que nunca llegan.
Lo que suena no es un pop pequeño ni rudimentario, puede ser escuchado en parlantes de computador, pero con nuestros oídos como filtro de alta tecnología.
El trabajo es cuidadoso y cósmico, quizás la banda sonora de un viaje al espacio. Nos hace concluir que Samanta anda en busca de una utopía sonora, que no desecha ninguna influencia relevante y clasifica ordenadamente las armonías que nos propone.
Como toda aventura, el viaje no es perfecto. Podríamos decir que la nave no es de titanio, sino que está cubierta de una fina capa de papel aluminio. No por falta de calidad, al contrario: esa es la estética que construye.
Porque finalmente Teorema no es el viaje en sí, sino la idea de un viaje. En esta analogía no es azaroso que los tres integrantes de la banda sean chilenos radicados en Berlín. Lo lejano tiene una connotación real, pero esta nostalgia no es por la cordillera o un plato de comida particular. Lo que se echa de menos no existe en ninguna parte y no se ubica en un territorio nombrable.
En este viaje futurístico la desilusión es el combustible, cada momento alegre está destinado a terminar y las canciones de Teorema nos ofrecen la posibilidad de construir algo bello con las ruinas de ese estado emocional.
Samanta son Ja4 en guitarra, Daniel Urria en voz y teclado y Francisca Villela (Prissa) en voz.
Entre los tres componen todas las canciones las cuales mezclan elementos de música dance y una suavidad setentera: alguien que susurra la verdad mientras bailamos.
Nos reconocemos en las frases y nos acordamos de otras cosas con las melodías, pero este no es un híbrido ingenuo de épocas pasadas. Hay una sorpresa, algo inesperado en este sonido, un timbre nuevo donde la influencia no es algo lejano sino algo habitado y hecho propio. La producción y mezcla de Teorema estuvo a cargo de De Janeiros: Pablo Muñoz y Milton Mahan (Dënver).
Samanta nos entrega un trabajo que nos transporta a través de capas coordinadas de sonido musical que, no responden a una fórmula. Hay experimentación musical, aún cuando el sonido se presenta perfectamente armónico.
Como cualquier otro, este Teorema funciona bajo la idea de demostrar algo que en un principio parece ambiguo. En esta ejecución sin fallas, hay desvíos. Acordes menores que provocan descubrimientos mayores. Innumerables frustraciones en el amor y la amistad. Los lugares donde vivimos y los que visitamos en nuestro tiempo libre. Las ambiciones laborales y nuestra apariencia personal.
En Teorema nada proporciona alivio excepto escuchar las canciones. No cualquier canción, sino que estas canciones. Por eso no es casualidad que oírlas sólo una vez no alcanza.
Amelia Bande
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En el medio de la nada
Playa
Demasiada información
Oficina
Menos que 0
Late
Caminar
La mitad asiente
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