-Los años muertos-
Ernie Producciones 2013
-⭐⭐⭐⭐-
Los años muertos es el tercer disco de Maryland.
Grabado en Sant Feliu de Guíxols con Santi García como productor.
Jaime Gª Soriano:
Creo que nadie, o casi nadie, conoce a Maryland mejor que yo. He trabajado en la producción de sus dos primeros discos y he pasado muchas horas de ensayos y de risas y de… muchas cosas que unen. Así que obviando la imparcialidad que me falta y destacando que sé de lo que hablo, paso a describir mi visión del grupo y de "Los años muertos", tercer disco de Maryland y primero sin mi colaboración (de ahí que pueda hablar sobre él). Esta banda ha conseguido llegar a sonar a sí misma, cosa difícil y que muchos grupos nunca logran. Hay que dedicar mucha ilusión y esfuerzo hasta dar con los sonidos, con el equilibrio y con las canciones adecuadas. Aun así estaremos lejos de dominar la música, pero por lo menos seremos dueños de nuestro propio arte. Ellos lo han alcanzado con este tercer disco gracias a sus incontestables e innumerables conciertos y a su dedicación y pasión, que les hace merecedores de un sitio en la historia de la música independiente española, si es que eso sirve de algo. "Los años muertos" es un disco de confirmación, cristaliza una propuesta clara de guitarras afiladas y bases contundentes, una madurez envidiable que no significa necesariamente ir convirtiéndose en algo más reposado, sino todo lo contrario en el caso de estos vigueses. Como dijo Nietzsche: "La madurez es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugabas cuando eras niño". Esos juguetes entre sus manos son ahora poderosas armas que, bien controladas, les permiten DISFRUTAR de lo que hacen al 100%. Por eso este disco nos muestra unos Maryland muy seguros de sí mismos que equilibran a la perfección, si es que existe, las melodías preciosas y tristes como los cielos de su ciudad con la rabia propia de su generación. Crecieron escuchando a Posies, Weezer, Nirvana, etc. y eso les marcó, pero no les acomplejó para seguir su evolución natural, aun cuando en este extraño mercado musical parecía que los noventa ya no eran bien recibidos.
Han cambiado el idioma (antes inglés y ahora castellano), pero no han perdido ni un ápice de su sello, es más, se han quitado una máscara tras la que escondían sus sentimientos y que ahora les muestra desnudos, tal y como son, y ese es otro punto a favor de su autoafirmación dejando atrás la timidez. El disco trata sobre los estados de ánimo y los pasos que da cualquier relación después de una ruptura: los reproches, la rabia y la desesperación, la autocrítica, el arrepentimiento y el perdón descritos en primera persona, lo que hace que sea más sentido. El orden del disco sigue una cronología que suele darse en las relaciones, describe ese "paso página" radical desechando todo lo que se ha vivido sin llegar a pensar fríamente que de todo se aprende, casi negándose a ver el lado positivo de las cosas. "Hablar de música es como bailar de arquitectura" (Frank Zappa), por lo que escuchar, a volumen generoso, el disco y dejarse llevar por su energía es lo que recomiendo. Canciones como "Pozo de almas", "El quinto dedo", para mí un pedazo de hit que representa muy bien lo que Maryland propone (pop duro y/o power-rock melódico), o por supuesto el primer single, "La caleta del sol", en homenaje a esas tres semanas de grabación en Sant Feliu (Girona). Bajo la batuta de Santi García en los estudios Ultramarinos se ha gestado esta criatura que refleja a la perfección el sonido que la banda tiene en directo y cuál es su apuesta.
La potencia sin control no sirve de nada, y es en este punto donde las baquetas de Álex Penido (nuevo fichaje) dan la pegada y el peso necesario en este discazo. Por el camino han dejado florituras y arreglos superfluos para ir al grano, a la yugular. Solo me queda decir que un "cetrero" (que no certero) productor como yo ayudó a volar a un halcón como Maryland y que ahora, libre y poderoso, coge las corrientes de aire elevándose muy muy alto. Eso es para mí motivo de orgullo y satisfacción, como diría algún rey caduco.
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Grabado en Sant Feliu de Guíxols con Santi García como productor.
Jaime Gª Soriano:
Creo que nadie, o casi nadie, conoce a Maryland mejor que yo. He trabajado en la producción de sus dos primeros discos y he pasado muchas horas de ensayos y de risas y de… muchas cosas que unen. Así que obviando la imparcialidad que me falta y destacando que sé de lo que hablo, paso a describir mi visión del grupo y de "Los años muertos", tercer disco de Maryland y primero sin mi colaboración (de ahí que pueda hablar sobre él). Esta banda ha conseguido llegar a sonar a sí misma, cosa difícil y que muchos grupos nunca logran. Hay que dedicar mucha ilusión y esfuerzo hasta dar con los sonidos, con el equilibrio y con las canciones adecuadas. Aun así estaremos lejos de dominar la música, pero por lo menos seremos dueños de nuestro propio arte. Ellos lo han alcanzado con este tercer disco gracias a sus incontestables e innumerables conciertos y a su dedicación y pasión, que les hace merecedores de un sitio en la historia de la música independiente española, si es que eso sirve de algo. "Los años muertos" es un disco de confirmación, cristaliza una propuesta clara de guitarras afiladas y bases contundentes, una madurez envidiable que no significa necesariamente ir convirtiéndose en algo más reposado, sino todo lo contrario en el caso de estos vigueses. Como dijo Nietzsche: "La madurez es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugabas cuando eras niño". Esos juguetes entre sus manos son ahora poderosas armas que, bien controladas, les permiten DISFRUTAR de lo que hacen al 100%. Por eso este disco nos muestra unos Maryland muy seguros de sí mismos que equilibran a la perfección, si es que existe, las melodías preciosas y tristes como los cielos de su ciudad con la rabia propia de su generación. Crecieron escuchando a Posies, Weezer, Nirvana, etc. y eso les marcó, pero no les acomplejó para seguir su evolución natural, aun cuando en este extraño mercado musical parecía que los noventa ya no eran bien recibidos.
Han cambiado el idioma (antes inglés y ahora castellano), pero no han perdido ni un ápice de su sello, es más, se han quitado una máscara tras la que escondían sus sentimientos y que ahora les muestra desnudos, tal y como son, y ese es otro punto a favor de su autoafirmación dejando atrás la timidez. El disco trata sobre los estados de ánimo y los pasos que da cualquier relación después de una ruptura: los reproches, la rabia y la desesperación, la autocrítica, el arrepentimiento y el perdón descritos en primera persona, lo que hace que sea más sentido. El orden del disco sigue una cronología que suele darse en las relaciones, describe ese "paso página" radical desechando todo lo que se ha vivido sin llegar a pensar fríamente que de todo se aprende, casi negándose a ver el lado positivo de las cosas. "Hablar de música es como bailar de arquitectura" (Frank Zappa), por lo que escuchar, a volumen generoso, el disco y dejarse llevar por su energía es lo que recomiendo. Canciones como "Pozo de almas", "El quinto dedo", para mí un pedazo de hit que representa muy bien lo que Maryland propone (pop duro y/o power-rock melódico), o por supuesto el primer single, "La caleta del sol", en homenaje a esas tres semanas de grabación en Sant Feliu (Girona). Bajo la batuta de Santi García en los estudios Ultramarinos se ha gestado esta criatura que refleja a la perfección el sonido que la banda tiene en directo y cuál es su apuesta.
La potencia sin control no sirve de nada, y es en este punto donde las baquetas de Álex Penido (nuevo fichaje) dan la pegada y el peso necesario en este discazo. Por el camino han dejado florituras y arreglos superfluos para ir al grano, a la yugular. Solo me queda decir que un "cetrero" (que no certero) productor como yo ayudó a volar a un halcón como Maryland y que ahora, libre y poderoso, coge las corrientes de aire elevándose muy muy alto. Eso es para mí motivo de orgullo y satisfacción, como diría algún rey caduco.
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Los años muertos
Hoja de ruta
Tiempos de azar
Declaración de intenciones
Viaje a Tasmania
Pozo de almas
El quinto dedo
La caleta del sol
Días de reinado
Requiem
Al cielo en ascensor
Cambio de filo
Camino
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