WM 1998
-⭐⭐⭐★-
Hace dos décadas que Christina Rosenvinge registró "Flores raras", el disco
acústico que grabó justo antes de mudarse a Nueva York para iniciar una
etapa más experimental e introspectiva. “Cumplimentando compromisos contractuales”, que dirían años más tarde sus amigos
de Los Planetas. Eso es lo que pretendía Christina Rosenvinge cuando grabó el acústico
"Flores raras". Y es que la chica rubia que diez años antes
había hecho "¡Chas!" y había aparecido a nuestro lado, ahora quería hacer justamente lo
contrario: desaparecer.
Pongámonos en antecedentes.
Tras la separación de Álex y Christina (que, rásguense las vestiduras los puristas,
grabaron canciones que a día de hoy siguen siendo enormes), la hispanodanesa se
dispuso a emprender su carrera en solitario. El primer paso lo dio con "Que me parta un rayo" (1992), un álbum en el que colaboraron Pancho Varona, Antonio García de Diego
(ambos estrechos colaboradores de Joaquín Sabina), Alejo Stivel, Álvaro Urquijo y Juan
Luis Giménez (de Presuntos Implicados).
El disco funcionó muy bien tanto en España
como en Sudamérica, gracias a canciones como 'Voy en un coche', '1.000 pedazos' o 'Tú
por mí', pero no satisfizo por completo a Christina, que tenía en mente algo más
acústico y sencillo, con menos relumbrón.
El 15 de abril de 1998, en los estudios Cinearte de Madrid, se registró "Flores raras".
El disco constituye una fotografía sonora de una artista que, aunque ya tenía una
consistente carrera a sus espaldas, todavía estaba explorando nuevos caminos
(cosa que sigue haciendo a día de hoy). Además, sirve como epitafio de su primera
etapa en solitario, formada por tres discos de un valor artístico incuestionable. La
discográfica, sabiendo que era un disco de despedida, no se esforzó demasiado en
promocionarlo y a Christina, que ya tenía la mente puesta en su nueva vida (personal y
artística) en Estados Unidos, no pareció importarle. Había conocido el éxito masivo con Álex y Christina y con su primer disco en solitario y tenía claro que no era eso lo que
quería.
Así que, como decíamos al principio, hizo “¡Chas!” y desapareció de nuestro
lado. Se instaló en Nueva York y grabó dos grandes discos ("Frozen pool", 2000, y
"Foreign land", 2002). Incluso el arisco Lou Reed la vio tocar en una ocasión y tuvo
palabras de halago para ella. Después volvió a España y registró los mejores discos de su
carrera ("Continental 62", 2006, "Tu labio superior", 2008, "La joven Dolores", 2011,
"Lo nuestro", 2015, y "Un hombre rubio", 2018). Pero esa es otra historia. En 1998, lo
único que quería era desaparecer. Como decía en la presentación de (la canción)
'Cerrado': “Esta canción habla sobre el derecho a no estar, a no jugar. O a jugar a otra
cosa”. La partida todavía continúa y sigue siendo ella la única que marca las reglas.
🥀
Lo siento
Sábado
Pulgas en el corazón
Cerrado
Muertos o algo mejor
Easy girl
Todos los chicos
Mi habitación
Pálido
Flores raras
Glue
1000 pedazos
Tú por mí
Alguien que cuide de mí / Al sin sola al fin loca
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